miércoles, 7 de agosto de 2013

ASOMBROSO ARTE CHICHA

En el Perú ocurre un fenómeno raro llamado la cultura chicha, tal vez no sea conocida mundialmente pero es un fenómeno que ocurre con mayor intensidad en Lima, capital del criollismo, viveza y personajes raros. Por lo general esto no inspira un sentimiento de orgullo en la comunidad, ya que esta es una mezcla de informalidad, clases bajas, música, comida y estilos de vida.


Fortunato Urcuhuaranga ha cambiado la historia de la publicidad en el Perú. Creador del arte chicha, recogió el sentir popular, usando colores fosforescentes, letras voluminosas, y mensajes directos. De pegar afiches en paraderos, saltó al cine, la TV, y a diferentes países.  


 En 1982 cuando Fortunato Urcuhuaranga,  locutor de radio y promotor de eventos folklóricos, tuvo una revelación. No bastaba tener oyentes, había que recurrir a otro sentido: la vista.  Comenzó haciendo pequeños afiches a base de impresión por serigrafía  y aplicó los colores de la  textilería huanca: verde, fucsia, amarillo y naranja, que combinados parecen mil colores.

Del pueblo para el pueblo


Los paraderos  de buses eran los primeros puntos de colocación. Ante la fosforescencia todos se detenían, aunque fuera un solo minuto.  Por eso el mensaje era sencillo y directo: cuándo, dónde, qué y quiénes.  Fortunato siempre la tuvo clara, se siente   y, con toda razón, un publicista, un comunicador.
 A la par nacía  la música chicha. Los Shapis, Alegría,  Vico y su grupo Karicia invadían locales de Lima y se hacían parte de la gran masa migrante que identificaba su desarraigo con este género  musical  y estos colores.  Con el auge de estos eventos artísticos  tuvo más pedidos y se involucró a fondo. Es por esta asociación que su labor fue denominada chicha.

Rendirse jamás

En 1993 se formaliza como Publicidad Viusa (Visual Urcuhuaranga Sociedad Anónima). Su local principal se ubica en el Km. 13  de la carretera central en Ate.  Allí produce banderolas del mismo estilo y  hasta 2 500 afiches diarios, todos a mano. 
La modernidad  lo obligó a ser parte del la impresión offset y con ello implementó una empresa de diseño gráfico e impresión digital en el centro de Lima.  La falta de conocimiento del mercado y  la competencia hicieron que perdiera toda su inversión: 20 mil dólares. Pero, Fortunato no es un hombre que se da por vencido. Autosuficiente por naturaleza, no recurrió a prestigiosa consultoras para salir del hoyo, el mismo planificó una estrategia para sortear la crisis. 

El reconocimiento social


Luego de este quiebre se dio cuenta que   su público estaba en los conos. En consecuencia, implementó  un local en Lurín para la gente del sur, otro en el centro de Lima para los del norte, y uno más en la carretera central para el cono este.  A estas sedes no solo llega gente de Lima sino de provincias.

 Ahora que pertenece  a la Cámara de Comercio de Lima tiene un nuevo reto: saber y comprender el lenguaje financiero de los grandes empresarios.
Este tipo de publicidad era la más marginada del medio hasta hace poco. El hito que marcó su percepción  fue el comercial de Telefónica: La rica miel. Era la primera vez que esta forma de comunicar aparecía en la televisión y fue reconocida por todos los sectores sociales. Pronto las grandes agencias se interesaron en ella y pasó de ser el patito feo de la publicidad a toda una sofisticada manera de comunicar. 
A partir de allí Fortunato ha sido invitado a muchas conferencias y talleres para mostrar  su trabajo. La publicidad chicha ha participado en varias miniseries,  películas como La Teta Asustada, Madeinusa,  Feria Mistura 2011, entre otras.  Ahora está en conversaciones con  una reconocida marca de pinturas para establecer una alianza estratégica.
Sus colores fosforescentes han sido portadas de revistas como   Somos,   Creative Review y  Joia. Además  ha formado parte de exposiciones en Chile, Argentina, España y Londres. Estos colores, y esas formas, rompieron con los esquemas de la publicidad formal y, aunque Fortunato no lo admitiera, es una original expresión artística, que se alimenta de nuestra identidad cultural utilizando los colores del pueblo.



Representantes de la música chicha en el Perú:

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